El libro antiguo que vive y discurre y se descubre con cada uno de los poseedores a los que se da por entero, es, incluso más allá de su contenido, un testimonio del Arte, la Economía, los gustos y las pasiones de cada tiempo. Y eso se descubre en su formato, en el tipo de papel, en las encuadernaciones y en otros mil detalles que hacen de cada libro algo único.
El universo del libro en la ciudad de Zaragoza durante el reinado de Felipe II
El impresor y el librero en el siglo de oro
El libro en Madrid durante el siglo de oro
Memorias y anécdotas de un librero anticuario
El libro Español en una sociedad americana
Hernando Colon: el bibliografo del siglo XVI
Los primeros pasos de la imprenta en Huecas: la formación de una imprenta universitaria
El mundo del libro antiguo: investigadores, bibliotecarios, mecenas y bibliofilos