Hace muchos años que comparto con distinta gente y en distintos establecimientos las tareas rurales. Y me encontré con diversas formas de conducción de personal, unas más eficientes o más eficaces que otras. También pude apreciar que algunas producían resultados interesantes a corto plazo y que otras eran más efectivas cuando se trataba de proyectos a mediano o largo plazo y que incluían al personal como parte del proyecto duradero, no como trabajadores temporarios, reemplazables según las circunstancias o rendimiento.
Por eso el título de este librito que espero sea de utilidad para muchos como lo fue para mí una vida interesada en estos aspectos. Estar atento (¿qué necesita?) a lo que cada uno precisa para sentirse mejor y hacer lo que se espera de él y ser respetuoso al máximo con cada persona (don José). En el campo muchos creen que el título de 'don', que implica un respetuoso reconocimiento, le cabe sólo a los que mandan o a la gente mayor. No quiere decir que no se pueda llamar a las personas por su nombre, pero quiso ser un símbolo. El 'usted' o el 'don' no tienen una sola vía en cuanto a la consideración se refiere y por eso quisimos que en este caso el 'don' sea el peón, porque nadie es más que nadie en ninguna parte, sino que cumplimos tareas distintas o la fortuna quiso que naciéramos en cunas diferentes. Pero todos somos personas que merecemos trato digno y aún desde la egoísta mirada de una empresa, los autores más modernos en gestión nos llaman la atención sobre este punto y su importancia en el éxito a largo plazo.