¿No hay humo sin Freud? No cabe duda, si seguimos las huellas de la dolorosa relación que mantuvo, a lo largo de su vida, el inventor del Psicoanálisis con su cigarro puro. El tabaco fue su estimulante indispensable, la condición sine qua non para la elaboración de su obra. Pero, con idéntica certidumbre, dicha adicción le condujo a la destrucción y a la muerte, con una voluntaria ceguera que merece ser interrogada. Este estudio apasionante nos lleva además hacia el encuentro de una peliaguda pregunta: ¿por qué fumamos?
Prologo
Freud, el otro y el puro
20, maresfield gardens
Freud y el alter
El cigarrillo del gardel
Freud y su parte de sombra
Un olor a humo
Abstinencia de freud
Las bonitas historias de tio paul
Se ruega a freud que cierre los ojos
Y tio paul, al pie del cañon
Freud, el adios al Alter
Tabaco de liar
El arbeitsmittel de freud
Habano
Freud y el querido neoplasma
Con el fuego no se juega
Freud, un islote de sufrimiento
Smoking or no smoking
Freud, las cenizas de prometeo El cigarrillo del angel
Freud, la victoriosa boca
Golder's green
Epilogo
Bibliografia