La orientación vocacional es un invento moderno propio de las sociedades capitalistas industriales. A lo largo de un siglo de existencia produjo diversos discursos y prácticas asociados con las características sociales de cada época. Desde las pruebas estandarizadas hasta la llamada modalidad clínica, la intervención siempre estuvo determinada por las particulares exigencias histórico-sociales y, hasta el día de hoy se disputan la validez de sus postulados y la eficacia de sus prácticas. Sin embargo, podemos decir que ambas formas de organizar la problemática vocacional comparten ¿aun con sus evidentes y severas diferencias¿ el mismo supuesto ideológico: recortar lo individual de la trama social en la que se inscribe la vida subjetiva y considerar al contexto social como una invariante. El paradigma complejo, transdisciplinario y crítico que propone este obra, ubica lo vocacional en la perspectiva de la salud mental comunitaria, a través de la cual se conceptualizan y se proponen abordar los problemas vocacionales como vicisitudes existenciales irreductibles a lo individual y a lo social por separado. El libro es una invitación a pensar las implicancias de la metamorfosis de la cuestión social, cuyo epicentro son los graves problemas ocupacionales y el exponencial crecimiento de la exclusión y la pobreza. Propone una orientación vocacional integrada al conjunto de las políticas sociales en general, es decir, estimula la coexistencia y articulación de las intervenciones en instituciones educativas, de salud y de trabajo con los programas de alcance social y comunitario. Pensar y hacer orientación vocacional de este modo no excluye los procesos clínicos ni los programas escolares realizados hasta ahora, sino que los integra en un campo más amplio y de mayor compromiso con las nuevas demandas sociales