La manzana podrida es una queja, la denuncia de un modelo de empresa fallido, también la crítica a una pésima gestión. Es una llamada de atención para aquellos políticos que puedan y quieran aportar algo distinto. Una gran empresa en manos de malos gestores es una empresa destinada a hundirse. Años tras años, idénticos planes de reestructuración la intentaron salvar, pero fueron inútiles. Previsible si tenemos en cuenta que fueron precisamente los malos gestores aquellos que intentaron salvarla. Algo parecido a pedirle auxilio a un tiburón cuando flotas exhausto en medio del océano. Política, abuso de poder, arbitrariedades, enchufismo, amiguismo, corruptelas y todo aquello que no debe permitirse en una empresa financiada por los contribuyentes.