A través de sus 285 páginas ilustra publicaciones de grabados antiguos que abarcan desde la segunda midad del S. XIX a los primeros años del S. XX. Estas eran realizadas por hábiles dibujantes que reproducían con fidelidad, delicadeza y habilidad las espectaculares panorámicas que se alzaban ante los ojos de los viajeros, mientras su compañero periodista las describía en sus libretas.