La fitoterapia, el arte de curar a través de las plantas, se practica desde los tiempos más remotos y en todos los continentes. Las plantas medicinales pueden actuar desde el plano propiamente físico (tejidos, órganos, y sistemas del cuerpo) hasta estados mentales, emocionales, o incluso el campo energético y espiritual. Los efectos indeseables provocados por ciertos medicamentos químicos han contribuido sin duda a rehabilitar la fitoterapia. Pero esto no significa que las plantas no sean tóxicas y/o inofensivas. Por tanto, se debe disponer de todos los conocimientos que exige la utilización de la fitoterapia. Existen diferentes maneras de seguir un tratamiento a base de plantas; el objetivo no es siempre, por supuesto, el de restablecer la salud. Más en concreto, el objetivo de la fitoterapia es ayudar al organismo a combatir la enfermedad y restablecer un equilibrio que había sido perturbado, lo que implica transmitir una estrategia terapéutica al paciente y proponerle el uso de plantas.