El más resistente y consistente orden esclavista colonial americano. Una longeva monarquía despótica, centralista y esclavista, de carácter semicolonial, con las clases dominantes dirigiendo el país sobre el talón económico de Inglaterra. La liquidación del reformismo abolicionista por la contrarrevolución republicana, elitista, oligárquica, federalista y nada democrática. El carácter regional de la industrialización y el nacional desarrollo burgués getulista, con retroceso relativo del estatus semicolonial del país. Las secuelas de la hegemonía estalinista y populista sobre el joven proletariado brasilero.

Esas son, según Maestri, algunas de las raíces de la dificultad de los trabajadores de dirigir el proceso de emancipación del Brasil, abandonados totalmente por las élites nacionales. La presentación de la singularidad de la dictadura después de 1967 de los años de la redemocratización, del peso de la victoria de la contrarrevolución mundial en 1989 y, sobre todo, de la era petista de 2002 a 2016.

El ensayo de Mário Maestri desemboca en su objetivo central: la explicación del golpe de 2016 como superación de la consolidada situación semicolonial del país en dirección a un orden "neocolonial globalizado", en el cual las clases dominantes nacionales ceden la dirección política de hecho de la nación, al gran capital y al imperialismo. Un escenario que si se concretiza apunta a más allá de un orden fascista. O sea, una desintegración general de la nación y la sumisión del mundo del trabajo y de la población a una literal esclavitud asalariada. (Florence Carboni)