La aparición de este Tratado de Pediatría en su novena edición es una manera de proclamar que la pediatría, tantas veces ignorada o maltratada, está aquí y tiene mucho que ver con el avance en la salud del niño y por tanto de toda la población. Su objeto no es otro que el bienestar del niño y el buen hacer del pediatra, a quien se le ofrecen datos suficientes para contestar a preguntas básicas como ¿qué debo hacer? y ¿qué debo conocer?, y también ¿cuánto puedo saber? de esta pediatría, en expansión creciente, inabarcable para la mayoría, que busca la lógica satisfacción y una mejor actuación en la inevitable especialización. Aquí se encontrará una respuesta asequible, suficiente y atractiva, ya que a pesar de la obligada concisión se mantienen las características que han permitido una larga supervivencia de este Tratado: la vocación didáctica, la cortesía de la claridad y una sistemática lógica.

Esta novena edición significa un aumento considerable en el peso científico del libro: el sumario habla por sí solo. Algunos ejemplos, pueden subrayar esta transformación cuantitativa y cualitativa: pediatría social era antes un solo capítulo, ahora son 14; psicología y paidopsiquiatría se exponían en otro capítulo, en esta edición son 13; nutrición y metabolismo se agrupaban en ediciones previas, en la actual hay 13 temas de nutrición y 22 de metabolismo; lo que antiguamente era un gran capítulo de patología prenatal, ahora es una Sección de 11 capítulos; los temas dedicados a inmunidad, alergia y enfermedades reumáticas suman 18 y así sucesivamente, hasta completar un total de 27 secciones y más de 300 capítulos. En todas sus partes es posible comprobar novedades y avances diagnóstico-terapéuticos, desde las enfermedades infecciosas a la oncología y desde la neonatología hasta la adolescencia.