Nuestros hijos al nacer no son ni buenos ni malos; desconocen no sólo sus propias capacidades sino también los valores y normas que rigen la familia o la sociedad, por lo que necesitan ser orientados para comprender si sus actos son correctos o incorrectos.
Siempre educamos y somos educados en función de virtudes y valores que se concretan en las conductas y las actitudes. Sin embargo, ante un contexto familiar inestable y un ámbito escolar donde los valores humanos son ambiguos o no se proponen, los niños y adolescentes no logran desarrollar una autonomía tal que les permita tomar decisiones correctas. Se encuentran desvalidos para enfrentar un mundo cada vez más complejo e inseguro y convivir en armonía.
Ante el auge de la indisciplina, la disrupción y los complejos fenómenos de la violencia en general y el bullying, este nuevo libro de Alejandro Castro Santander desarrolla de manera práctica y amena cuáles son los valores y buenos hábitos que padres y docentes no pueden dejai de cultivar. Sólo una educación que incluya de manera perseverante y responsable valores éticos puede lograr que niños y adolescentes se sientan queridos y seguros, tengan confianza en sí mismos y sean capaces de desarrollar vínculos estables.