Este es un libro polémico. Su autor se posiciona desde una mirada epistemológica y filosófica de clara filiación materialista dialéctica e histórica, y desde la psicología social para sostener sus enfoques clínicos terapéuticos.Desde allí debate con las propuestas neoliberales y postmodernistas sobre la cuestión drogas. No es un libro que reconozca antecedentes en nuestro medio.En la Convención de Viena de 1988, tratadistas y especialistas representantes de numerosos gobiernos del oincidieron en reconocer de que la forma de represión tradicional no solo no era suficiente para detener el narcotráfico, sino que, por el contrario demostraba un auténtico fracaso Ese documento saco a luz a un debate iniciado hace tiempo por profesionales y personalidades que cuestionaron las estrategias con lascuales la comunidad internacional enfrentaba el fenómeno creciente de los consumos de sustanciaspsicoactivas.En ese contexto creció una heterogénea corriente autodenominada reducción de dañosque levantando consignas como defensa a los Derechos Humanosy el respeto a la libertad de la persona consumidora, se posicionaba en los textos de Milton Friedman y Thomas Szasz defensores del neoliberalismo para encontrar sustento teórico a sus propuestas.Por ello el debate central que se aborda en este libro es en relación a la naturaleza de los carteles de la droga.Si son como plantea el autor un aspecto inevitable del desarrollo del capitalismo en su fase imperial, o si estas estructuras no son sino una excrecencia o crecimiento anómalo del sistema capitalista. Debemos decir que en esta última postura han confluido no solo los representantes del neoliberalismo sino todas las corrientes que han tenido poder de decisión en las Convenciones Mundiales sobre la droga. Entonces, dice el autor, se fracasa porque el diagnóstico y las estrategias de resolución del problema son erróneas, y la insistencia en continuarese rumbo lleva a acrecentar el problema