En todo proceso de comunicación, sea en la interacción cara a cara o a través de los medios masivos, la moda, el diseño, el discurso político o religioso, e incluso el científico, hay siempre un exceso que rebasa el valor informativo del mensaje: ese exceso irrumpe en la dimensión estética. La tesis central de este libro es que no solo es posible sino indispensable abrir los estudios estéticos "tradicionalmente restringidos al arte y lo bello" hacia la riqueza y complejidad de la vida social contemporánea. Eso es precisamente la Prosaica: la estética en la vida cotidiana.
Mandoki actualiza las discusiones en torno a la estética, rescatando particularmente la filosofía de Dewey y Bajtin para proyectarlas hacia un enfoque interdisciplinario. A partir de Huizinga y la taxonomía de los juegos de Caillois (vértigo, competencia, azar y simulacro) la autora plantea a la lúdica como la gemela siamesa de la estética para recorrer el tejido social siguiendo estas dos hebras primordiales.