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¿Cómo se enseña a estudiar? ¿Cómo hacer para que nuestros estudiantes construyan una
relación más fluida con el conocimiento? ¿Cuáles son las claves que permiten descifrar ese
objeto de estudio que tantas veces se les presenta como inabordable? ¿Cuál es el mejor camino
para transformar los obstáculos en situaciones desafiantes y motivadoras? Estas son solo
algunas de las preguntas que desvelan a los docentes a la hora de planificar la enseñanza para
que los estudiantes alcancen los logros esperados.
Enseñar a estudiar supone enseñar a usar técnicas que posibiliten asumir el estudio de manera
activa, comprometida y autónoma: organizarse, tomar decisiones, pensar estratégicamente
y avanzar en la construcción de conocimientos. Entendemos por técnicas de estudio las
actividades específicas que se efectúan al intentar adquirir un nuevo conocimiento; por ejemplo,
el subrayado de ideas, el identificar palabras clave, la elaboración de cuadros y resúmenes, el
preparar una presentación multimedia, entre otras. Contar con un buen repertorio de ellas es
una condición necesaria, pero no suficiente, para que los estudiantes construyan estrategias
de aprendizaje autónomo. Es necesario dotar de sentido a cada técnica y que los alumnos
comprendan y fundamenten para qué utilizan cada una, por qué es
preferible una y no otra, en qué orden conviene usarlas, entre otras habilidades.
Para ayudar y asistir a los docentes
en esta tarea, nació este libro