La canción del Viejo Marinero es un poema paradigmático del romanticismo en lengua inglesa de principios del siglo XIX. Se advierten en él muchas de las características de esta corriente literaria: la pasión; el exotismo; los seres fantásticos; los sucesos mágicos; los fenómenos sobrenaturales, la presencia constante de la muerte, del destino predeterminado; las fuerzas oscuras y violentas de la Naturaleza; la vida en el mar, de abruptos contrastes, como la de la calma de las aguas ecuatoriales y la de las terribles tempestades de los mares del sur, entre los amenazantes témpanos y las brumas más densas. Un ser extraño, el anciano Marinero, con el brillo intenso y enigmático de sus ojos, le relata a quien ha elegido como oyente, y a quien a escucharlo, la historia de un barco, del que él es uno de sus tripulantes, que atraviesa la Línea del Ecuador y es llevado por brutales tormentas hacia el frío País del Polo Sur y posteriormente empujado nuevamente hacia el Ecuador, en el Océano Pacífico.
Allí, extraños acontecimientos les suceden al barco y a sus tripulantes, siendo objeto de un maleficio el anciano Marinero debido a que ha matado con su ballesta a un amigable albatros que los acompañaba. Pero, finalmente, el viejo logra retornar a su País, al puerto de donde había partido, acompañado por un santo Ermitaño, y con la pasibilidad de expirar su culpa si cuenta una y otra vez su historia. La acción culmina ante aquel oyente que da origen al relato del Viejo Marinero, el Invitado a la boda, quién desecha su anterior destino, no concurre a la fiesta, y ensimismado: Partió como quien turbado está en gran desesperanza: alguien más sabio y más triste se despertó a la mañana.
Una obra atrapante, escrita por un autor de gran trascendencia en la literatura inglesa: Samuel Taylor Coleridge; bellamente ilustrada por Gustavo Doré; y en una intervención (traducción-adaptación en versos octosílabos con disposición semejante a la rima original) que permite al lector de nuestra comunidad hablante arribar al más intenso placer en la lectura de esta obra. La valoramos como una edición única y creemos que en definitiva para la lengua castellana.