Imaginemos a una profesor excelente que da clase a estudiantes excelentes. A pesar de ello si toda la clase saca notas buenas, ese profesor es señalado con el dedo, considerado como un blando y quizá como poco serio.
Debido a la presión de la sociedad y de sus propios colegas, incluso a veces de los propios alumnos, algunos docentes, para resultar creibles.
Índice
Prologo
Introducción
Una dura constatación la contante macabra
Como generan los exámenes la constante macabra
Los niveles de rigor en nuestros programas
Reacciones de enseñantes
Reacciones fuera del medio docente
Sugerencias para luchar contra la constante macabra
Que motivación la del profesor la del alumno
Las matemáticas son bonitas y motivadoras
Conclusiones
Complementos para los que les gustan las matemáticas
Algunos testimonios