Este libro aborda la experiencia escolar en el marco de los estudios que analizan las visiones del mundo de los distintos sectores sociales a partir de sus prácticas y de su inscripción sociocultural. En tal sentido, no se trata de un trabajo sobre el funcionamiento de la escuela sino de una elaboración sobre las relaciones simbólicas que se establecen entre los sujetos y las instituciones.
Con este propósito, la autora da cuenta de la experiencia escolar de grupos de jóvenes que asisten a dos escuelas medias del conurbano bonaerense -una de diseño institucional excluyente y otra de perfil integrador-, que comparten un mismo contexto de pobreza y exclusión. Es en este mundo caracterizado por la fragilidad institucional y la penuria de sentido donde dichos jóvenes forjan sus sistemas de identidad social y construyen los significados de su tránsito escolar.
El texto ensaya novedosas hipótesis -como el concepto de frontera que pone en tensión la vigencia de los valores simbólicos y políticos de la escuela de tradición sarmientina- y da cuenta del nuevo entramado de significaciones que construyen los sectores juveniles más rezagados de nuestra sociedad. La otra se nutre de un marco multidisciplinario que combina conceptos provenientes de la teoría social, los estudios culturales, el psicoanálisis y las teorías educativas, lo cual permite mirar a la escuela desde múltiples niveles de significación.