Todas las personas e instituciones tienen la necesidad de proteger su patrimonio de los efectos ocasionados por fenómenos imprevisibles porque pueden producir perjuicios económicos de monto considerable a los cuales no podrían hacer frente. Entre estas situaciones se pueden producir eventos como el incendio de una fábrica, el robo de un auto o enfermedades, entre muchos otros. Como es evidente estos escenarios no solo son imprevisibles, sino que también existe la incertidumbre en cuanto al monto del perjuicio que podrían ocasionar. Es para enfrentar esta problemática que aparece la figura del seguro, el cual tiene el propósito de proteger a las personas y a los bienes contra los efectos económicos que se pudieran producir por algún daño. Como resulta imposible prever cuándo ocurrirán estas situaciones y es complejo definir el monto de las pérdidas económicas que tendrán como consecuencia, se recurre al cálculo de probabilidades para establecer las reglas de análisis de situaciones de riesgo. El cálculo de las frecuencias puede ser realizado en la medida en que las compañías cuenten con suficiente experiencia, pero es necesario también que los mecanismos subyacentes a una situación de incertidumbre permanezcan inalterados durante el período en el que van a aplicarse las tarifas para que puedan ser estimadas las frecuencias mencionadas.