Nuestra preocupación por la mala distribución de la propiedad territorial habia nacido de un acuerdo de una pequeña población campesina de la que formaban parte varios excompañeros de clase de la escuela primaria. En aquella oportunidad una tarde de ardiente sol en enero, vimos descender de la cresta de una colina, por un camino de tierra roja como una corriente de sangre una caravana formada por carretas, carros, caballos, lecheras, cerdos y otros animales domésticos, llevados por sus dueños ancianos, hombres, maduros, mujeres jóvenes y niños. Qué había sucedido.. porque estas gentes abandonaban sus casas y sus chacras.