PUNTOS CLAVE:
La Universidad es como el sismógrafo de la historia. En estos comienzos del nuevo milenio, refleja las paradojas de una sociedad del conocimiento que se vacía progresivamente de sus propios ideales de saber universal y de diálogo libre y rigurosa. Sufre un proceso de burocratización y mercantilización que la está privando de su identidad institucional. La Universidad guarda una esencial relación con esas realidades que una y otra vez merecen el calificativo de nuevas. Dedicada a la investigación y transmisión del saber inédito, debe estar abierto a todos los aires, libre de prejuicio y de intereses mezquinos. Lo que le sobra hoy es reglamentación, lo que le falta es vida. En vez de curvarse sobre sí misma, crispada en su localismo corporativista, debe abrirse al diálogo interdisciplinar y a un servicio fecundo a la sociedad, especialmente a los países más perjudicados por el actual proceso de globalización. Su organización ha de estar presidida por la flexibilidad, la capacidad de innovar, la cultura de la anticipación y el trabajo en equipo. En este libro se llama por su nombre a los obstáculos que están impidiendo a la Universidad recuperar el liderazgo social que le corresponde. Lejos de la actual retórica del optimismo banal, estas páginas apuestan con valentía por la esperanza que sólo puede fundamentarse en el cultivo de unos saberes humanísticos y científicos profundos y exigentes.